Fun, fun, fun….
Esperando a entrar en la casita de Papá Noel
No es porque sea especialmente religioso. Más bien puedo llegar a ser irreverente, sacrílego, incluso herético, según el rasero, pero hay cosas que van más allá de las ideas o las creencias. Algo así como las raíces, la propia identidad. Y es que iniciaba esta tarde mi vespertino paseo terapéutico cuando me percaté de una cola, una inmensa cola de unos ochocientos metros, que ya es cola para mi pueblo, de niños, padres, madres y abuelos, impacientes para entrar a visitar «la casita de Papá Noel» instalada en la Plaza de la Iglesia, mientras a la misma hora y lugar, a unos diez metros, en el Belén montado en el atrio de la Iglesia Mayor Parroquial de San Pedro y San Pablo que da nombre a la Plaza, María y José atendían a un reducido número de visitantes.
María y José hacen lo que pueden
Que no niego que en Massachusetts, Kansas City o Winsconsin, pueda ser algo habitual. Tampoco soy muy afecto a la navidad, cristiana ni pagana, pero hombre un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.
Antes fueron las calabazas y los fantasmas en jalogüen, luego la descarga de nieve artificial en la Calle Rosario, ahora esto, y tengo entendido que habrá hasta cabalgata de Papá Noel. En La Isla, la de León, la de Camarón. ¿O acabará siendo Lion Island?.
Cosas veredes amigo Sancho….
Kike
Personas con tu inteligencia y verborrea hacen que tenerte como amigo sea un vedadero privilegio y orgullo personal.
El cariño es mutuo, hermano